_______________________

_______________________

jueves, 16 de junio de 2016

Las Cadenas de producción en la mira del debate global, con relación a la presencia de niños, niñas y adolescentes trabajadores

Por Virginia Murillo Herrera
DNI Internacional ve como una excelente oportunidad para la reflexión y búsqueda de propuestas integrales, el debate global que está propuesto sobre las situaciones y condiciones que afectan y vulneran a los niños, niñas y adolescentes trabajadores en diferentes sectores económicos y de producción.

Este año 2016, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en el marco del “Día Internacional contra el trabajo infantil” centra su atención en la erradicación del trabajo infantil en las cadenas de producción. Lo cual se considera como el conjunto de operaciones (actividades o procesos) para la elaboración o trasformación de un producto final y su colocación en el mercado.

De acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la rápida globalización ha ocasionado que las cadenas de producción sean cada vez más largas y más complejas, abarcando una gran gama de sectores: agrícola, pesca, manufactura, minería, servicios y servicios de construcción, ya sea a nivel nacional o alrededor del mundo. 

Según datos de la OIT, existen 168 millones de niños, niñas y adolescentes que trabajan en el mundo y de esos, cerca de 85 millones realizan trabajos peligrosos y en “todas las cadenas de producción, desde la agricultura hasta la manufactura, incluyendo el sector de la construcción, corren el riesgo de que el trabajo infantil esté presente en ellas”. [1] Por lo tanto, no creemos que sea un momento de celebración sino de unión y de esfuerzos para generar mayores oportunidades de desarrollo integral para los niños, niñas y adolescentes y eliminar toda forma de explotación económica y laboral.

Se estima que los niños, niñas y adolescentes trabajadores se encuentran realizando diferentes tipos de labores en la producción de bienes y servicios para los mercados nacionales, también se puede encontrar a niños, niñas y adolescentes trabajando en la producción de bienes y servicios destinados a la exportación. Gran parte de ellos, se trabajan en la economía rural e informal, en las zonas donde los sindicatos y las organizaciones de empleadores son relativamente débiles o no existen, y además en las áreas donde los inspectores de trabajo no tienen ningún acceso.[2]

Pese a períodos de crecimiento económico en la región de América Latina, se continúa ensanchando la brecha de la desigualdad social, y visualizando una elevada presencia de niños, niñas y adolesentes trabajadores en las cadenas de producción, donde muchos de éstos pueden estar expuestos a graves peligros, lesiones, enfermedades, entre otros, o  por las condiciones en que se desarrolla  el trabajo, o por las largas horas laborales que dedican; así como por encontrarse ante condiciones de explotación y riesgo.

Algunas preocupaciones
Diversas propuestas se hacen para contrarrestar estas situaciones y las más recientes se centran en la combinación de una “política mixta” que combine por un lado políticas públicas de protección social, empleo digno, cumplimiento de la ley e inspección laboral, identificación de los diferentes actores de las cadenas de producción y trato con ellos, educación básica universal y “tolerancia Zero para el trabajo infantil”.

En ese sentido queremos hacer algunas reflexiones con estas propuestas ya que consideramos no se deben descuidar u olvidar ciertos aspectos centrales.

La “erradicación del trabajo infantil”  no debe darse como mecanismo de control y sanción únicamente, ni de criminalización a las familias y a los niños, niñas y adolescentes trabajadores,  sino que se deben crear las condiciones de desarrollo y de vida digna para todos y todas en igualdad de condiciones y  abordar las causas estructurales que propician y sostienen que los niños, niñas y adolescentes tengan que trabajar como mecanismos de sustento familiar.  Pero sobre todo se deben trabajar las causas y trabajar con quienes individuos, empresas y Estados violenten los derechos humanos y propicien la explotación, la exclusión social y atenten contra la dignidad, integridad e intimidad de las personas en este caso, de los niños, niñas y adolescentes.

La responsabilidad y obligación de garantizar los derechos humanos y las condiciones de vida digna recae de primera mano en los Estados, pero también en la cooperación internacional y en todos los diferentes actores desde sus roles, responsabilidades y participaciones. Hablar de cadenas de producción es hablar además de la responsabilidad que tienen las empresas en cuanto al respeto a los derechos humanos, al desarrollo del país y a las condiciones laborales que ofrece. En esa línea, debe haber responsabilidad de las empresas aun cuando tercializan los servicios, productos y los comercialicen.

Diversos mecanismos se han puesto en marcha que pueden servir de recurso y de apoyo para encaminar esta tarea de responsabilidad empresarial, aunque sabemos que aun falta mucho por hacer y por asumir. Tales iniciativas son: Global Compact[3], los ISOS[4], las acciones de responsabilidad social empresarial que han venido asumiento las empresas deberían tener un componente de protección integral a los niños, niñas y adolesente donde el trabajo infantil y el trabajo de personas adolescentes sea parte de su RSE, el Comentario General 16 (CG16) elaborada por el Comité de Derechos del Niño de Naciones Unidas[5], el Foro Anual sobre Empresas y Derechos humanos[6] entre otros[7].

Seguir centrando los esfuerzos en la universalización de la educación básica, es seguir entorpeciendo el presente y futuro de las personas adolescentes. Si bien en la mayoría de los países este grupo de población puede trabajar, tienen los mismos derechos laborales que los adultos, lo cierto es que que la obligación de la educación básica coincide con la edad que se permite trabajar y donde no hay muchas oportunidades de desarrollo, o si las hay son solo para unos. La gran mayoría de los y las adolescentes en estas condiciones logran acceder a un trabajo en el sector informal y en condiciones de precariedad, sin tener ninguna protección especial por encontrarse en una etapa de desarrollo de sus capacidades. Los trabajos que logran obtener en el sector formal, son por lo general prácticas o de muy corto plazo. 

En ese sentido, la apuesta para que puedan llegar a ser competitivos y a insertarse en empleos dignos, requiere comenzar por la universalización obligatoria  de la educación hasta el fin de secundaria para que logren obtener su bachillerato. Esto es lo mínimo obligatorio a garantizar para los Estados,  si no se quiere continuar contribuyendo al sostener el círculo de la pobreza. Para lograrlo, los Estados deben invertir en una mayor cobertura de la educación secundaria con calidad y adecuada a la realidad y las demandas de los contextos y de las poblaciones jóvenes hoy en día.

El otro gran desafío es lograr que los y las adolescentes terminen con éxito la educación secundaria y puedan progresivamente irse preparando a una etapa de mayor autonomía y de emancipación, no como un mero procedimiento, sino recibiendo una educación de calidad para todos y todas. El otro gran desafío es garantizar las condiciones de trabajo dignas y sin explotación  para quienes trabajan y que la educación de calidad y formación permanente esté esté a su alcance.

Pero los Estados hoy en día y las poblaciones adolescentes enfrentan otro gran desafío y el de los llamados “NINIS”[8] , número que cada vez está aumentando y que no se están desarrollando políticas, programas y acciones para captar, motivar e involucrar a este grupo de población.

Las políticas de Tolerancia Zero no han contribuido a erradicar o a disminuir problemáticas, mas bien han contribuido a aplicar medidas represivas y a perseguir y a criminalizar a aquellas personas que se encuentran en exclusión social, en particular a los y las adolescentes y jóvenes.

Los niños, niñas y adolescentes trabajadores y sus familias requieren de propuestas de desarrollo humano, social y económico que generen empleo y calidad de vida en condiciones dignas en igualdad de oportunidades para su presente y futuro. 

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible un norte de oportunidad para generar desarrollo y superar la desiguladad social
La Agenda de Desarrollo Sostenible (2015-2030)[9] propone objetivos y metas claras y concretas, para el trabajo de estos próximos 15 años, el objetivo número 8[10]: “Promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos y todas”, hace un llamado a los gobiernos, al sector privado y a la sociedad civil para promover y adoptar medidas dirigidas a erradicar el trabajo forzoso como un tema prioritario y con carácter de urgencia,  acabando con las formas modernas de esclavitud y trata de personas, además de asegurar la prohibición y eliminación de las peores formas de trabajo infantil y, para 2025, del trabajo infantil en todas sus formas.
En particular atención se le da a la Meta 8.7 que señala:
Adoptar medidas inmediatas y eficaces para erradicar el trabajo forzoso, poner fin a las formas modernas de esclavitud y la trata de seres humanos y asegurar la prohibición y eliminación de las peores formas de trabajo infantil, incluidos el reclutamiento y la utilización de niños soldados, y, a más tardar en 2025, poner fin al trabajo infantil en todas sus formas”

así como vale rescatar la Meta 8.8 :
“Proteger los derechos laborales y promover un entorno de trabajo seguro y protegido para todos los trabajadores, incluidos los trabajadores migrantes, en particular las mujeres migrantes y las personas con empleos precarios”.

Pero estas meta no deben verse aisladas a las otras y demás ODS, ya que lograr el ambicioso norte al 2030, requiere de la puesta en marcha de un sinnúmero de estrategias simultáneas de inversión social y de compromisos sostenibles y de la participación de todos los actores, inclusive de los mismos niños, niñas y adolescentes trabajadores y sus familias y sobre todo que las Empresas asuman sus responsabilidades con el desarrollo y los derechos humanos.



[1] Eliminar el trabajo Infantil en las Cadenas de Producción. Material de Promoción del Día Mundial 2016, Organización Internacional del Trabajo (OIT).
[2] Eliminar el trabajo Infantil en las Cadenas de Producción. Material de Promoción del Día Mundial 2016, Organización Internacional del Trabajo (OIT).
[3] El Pacto Mundial de Naciones Unidas (Global Compact) es una iniciativa internacional que promueve implementar 10 Principios universalmente aceptados para promover la responsabilidad social empresarial (RSE) en las áreas de Derechos Humanos y Empresa, Normas Laborales, Medio Ambiente y Lucha contra la Corrupción en las actividades y la estrategia de negocio de las empresas.
[4] International Organization for Standardization: Organización Internacional de Estandarización, es una organización independiente y no-gubernamental formada por las organizaciones de estandarización de sus 164 países miembros. Es el mayor desarrollador mundial de estándares internacionales voluntarios y facilita el comercio mundial al proporcionar estándares comunes entre países.
[5] Con respecto a la Obligación de los Estados con respecto al impacto de las empresas en los derechos humanos de los niños, niñas y adolescentes. Acceder al CG en varios idiomas: http://tbinternet.ohchr.org/_layouts/treatybodyexternal/Download.aspx?symbolno=CRC%2fC%2fGC%2f16&Lang=en
[6] http://www.ohchr.org/SP/Issues/Business/Forum/Pages/2015ForumBHR.aspx
[7] http://www.unicef.org/panama/spanish/principiosN.pdf   Unicef, Save the Children y The Global Compact
[8] ni trabajan  ni estudian
[9] http://www.un.org/sustainabledevelopment/es/
[10] http://white.lim.ilo.org/ipec/documentos/ods_ti.pdf

No hay comentarios:

Publicar un comentario