Las familias de acogida piden
poder prolongar el acogimiento hasta los 26 años
Admiten que la nueva legislación mejora este servicio social pero ven
necesaria una remuneración y eliminar intermediarios
En la sesión pleanria celebrada en el Planetario de Pamplona intervinieron José María Lezana, técnico de la Diputación de Gipuzkoa;Chus Sádaba, vocal legislativa de Magale;Txema Uribe, vicepresidente de Magale;y Arantza González, miembro de Fades (de izquierda a dercha).
Bajo el lema Acogimiento
familiar: retos presentes y futuros,la asociación de Familias de Acogida de
Navarra, Magale, celebró ayer en el Planetario de Pamplona el octavo encuentro
estatal de acogimiento familiar, en el que se pidió la prolongación de las
funciones de tutela hasta que los acogidos cumplan los 26 años. Aunque
admitieron que “la ley de 2015 ha mejorado ciertos aspectos”, Magale ha
elaborado una propuesta que pide que la normativa por la que el acogimiento
cesa a los 18 años se modifique para adecuarlo a la realidad de cualquier
familia, ya sea de acogida o biológica.
La iniciativa fue
presentada por Txema Uribe, vicepresidente de Magale, que aseguró que el cambio
que piden en la ley supondría evitar situaciones “que no se corresponden a la
realidad”, ya que, aunque “cada vez se hacen más cosas por la vía de hecho”, la
actual situación da lugar a posibles conflictos como que “los jóvenes tributen
como extraños y no puedan heredar bienes de su familia de acogida, como ocurrió
en un caso, recordó”. Al margen de estas circunstancias puntuales, Chus Sádaba,
vocal legislativa de Magale, quiso concienciar sobre la necesidad de que “el
seguimiento se prolongue hasta que el niño pueda valerse por sí mismo para
independizarse, igual que ocurre en familias biológicas”. Según Uribe, la ley
se ha actualizado, pero debe progresar todavía más porque sigue suponiendo un
“agravio comparativo” respecto a las “familias tradicionales”.
“En Navarra la relación con las instituciones es buena, aunque pedimos más
recursos y cercanía”
TXEMA URIBE
Vicepresidente
de Magale
El vicepresidente de Magale destacó que la puesta en práctica de la
normativa que regula el acogimiento familiar varía muchísimo entre una
Comunidad Autónoma y otra. Aunque destacó que “en Navarra la relación entre
familias e instituciones es buena, es necesario que haya más recursos e
implicación por parte de los técnicos”.Precisamente son los técnicos los
tutores legales de los niños y niñas, lo que supone “un problema a la hora, por
ejemplo, de algo tan sencillo como la firma de una autorización para una
excursión escolar”, aseguró Arantza González, miembro de Fades, Asociación de
Acogimiento Familiar de España. “Nuestros niños y niñas se ven muy expuestos a
constantes preguntas de técnicos que muchas veces no los conocen, lo que
suponen un estrés que se puede evitar”, denunció. El problema derivado de los
intermediarios es mayor si estos no se implican con los jóvenes que tutelan.
Uribe subrayó la importancia de que los técnicos “conozcan el seguimiento del
niño” y dijo que “las instituciones y los centros de acogida” tienen que tener
presente que “las familias dan un cariño, una estabilidad y una seguridad que
no pueden dar ellos”.
Sin embargo, para poder
llevar a cabo su función, las familias deben tener bien claras sus hermanitas,
algo que no es sencillo, ya que aseguran tener que “hacer de padres y de
expertos en leyes”. Con el objetivo de evitar este problema surgieron
asociaciones como Fades o Magale, pero opinan que el problema sigue sin
resolverse.
José María Lezana, técnico de la
Diputación de Gipuzkoa, admitió que deben “escuchar más a las familias” y tener
siempre claro que “su papel es el de favorecerlas para trabajar en
colaboración”. Además, sumó a la propuesta de Magale sobre la prolongación de
la acogida hasta los 26 años la posibilidad de que su papel sea un “trabajo
remunerado”, que a su juicio “es compatible con la solidaridad y el compromiso
de las familias”.
Información obtenida del Periódico de NOTICIAS DE NAVARRA.
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