- Todos los años el 10 de diciembre, se celebra el Día Internacional de los derechos humanos
- · Se conmemora el 50 aniversario de los dos pactos internacionales de los derechos humanos
- · El contexto de desarrollo humano en Centroamérica pone en jaque los avances alcanzados en la garantía de los derechos humanos
10 de diciembre, 2015. Naciones Unidas concentra la
celebración del Día Internacional de los Derechos humanos con la conmemoración
del 50 aniversario de los Pactos Internacionales: Pacto de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales y el de Derechos Civiles y Políticos adoptados por la
Asamblea General de Naciones Unidas el 16 de diciembre de 1966. Los dos Pactos,
junto con la Declaración Universal de los Derechos Humanos, constituyen la
Carta Internacional de Derechos Humanos, que establece los derechos civiles,
políticos, culturales, económicos y sociales que tiene todo ser humano al nacer[1].
El Secretario General de Naciones Unidas, Señor Banki Moon expresó que «En ocasión del Día de los Derechos Humanos,
volvamos a comprometernos a garantizar las libertades fundamentales y a
proteger los derechos humanos de todos.»
Los Estados se comprometen y adquieren obligaciones y responsabilidades al
aprobar, firmar y ratificar un tratado internacional de derechos humanos y
éstos instrumentos internacionales adquieren gran importancia, convirtiéndose
en disposiciones vinculantes que los Estados deben cumplir y un primer paso que
deben realizar es armonizar su legislación doméstica al tratado internacional.
Seríamos injustos decir que los Estados no han hecho nada, sin embargo
el contexto centroamericano nos dice que no es suficiente y que los derechos
humanos de los y las centroamericanos no están siendo garantizados y sobre todo
hay una enorme deuda con los derechos económicos, sociales y culturales.
El Estado de la Región en
su V Informe que se presentará a la opinión pública en abril 2016, muestra un
escenario complejo y con enormes retos en cuanto a la garantía de los derechos
humanos y del desarrollo humano[2].
Nos dice que Centroamérica
enfrenta múltiples y profundos cambios que han impactado en su desarrollo
económico y social, pese a ello, en Centroamérica hay 45 millones de personas
no están viviendo los frutos de este desarrollo que ha vivido la región, ya que más bien ha traído paradójicamente
grandes desigualdades.
Sumado a lo anterior,
América Latina se perfila como la región más violenta del planeta, donde tan
solo en Centroamérica hay 3 de los 14 países más violentos del mundo[3].
La violencia afecta a todo ser viviente y se manifiesta de diferentes maneras.
Asimismo, nuevas formas de violencia incrementan su presencia en todos los
países; como son el narcotráfico, el crimen organizado, los cuales hacen uso de
los niños, niñas y adolescentes para sus fines y propósitos ilícitos.
El Estado de la Región
señala que el tiempo de actuar es ahora. Quienes tienen el mayor reto para
hacer frente al panorama que presenta el futuro de la región, son las personas
adolescentes y jóvenes que viven serias privaciones y carencias en el presente.
El bono demográfico llegó a
Costa Rica, y por ende la población adolescente y joven deberán asumir las
riendas del país, garantizando los recursos suficientes para sostener las
garantías sociales para un país que estará con gran cantidad de población
envejecido en los próximos 20 a 30 años. De acuerdo al Politólogo Fernando F.
Sánchez, el cambio en la estructura
poblacional de Costa Rica, supone al menos dos grandes
retos, uno a corto y el otro a mediano plazo. Primero, urge optimizar la
productividad de esta generación de costarricenses jóvenes y adultos, tanto en
bien de ellos mismos como del país. Para ello, la clave es la educación. Además
de reforzar los programas contra la deserción estudiantil[4]
del MEP a todo nivel (primaria, secundaria y superior), el Instituto Nacional
de Aprendizaje (INA) debe implementar programas de forma más flexible y
dinámica[5].
Es por lo anterior que el
Estado de la Educación de Costa Rica señala que urge intervenir ya que en este
momento la población adolescente y joven no cuenta con las condiciones para
asumir esta tarea , en tanto por ahora
solo el 35% de los y las adolescentes que estudian en Costa Rica logran
terminar la secundaria.
La obligatoriedad de la
educación universal [6]
invita a los y a las adolescentes a salir a temprana edad . Es decir el sistema
educativo expulsa a los y las adolescentes
y las posibilidades de insertarse en otras ofertas de formación son pocas,
porque las oportunidades de desarrollo integral para los y las adolescentes no
existen en el país. El trabajo es permitido a partir de los 15 años y si bien
es regulado, la gran mayoría de los y las adolescentes se insertan en ofertas
de empleo precario y en el sector informal. Por otro lado, existe falta de
oferta y de contención de los centros educativos, de las mismas comunidades y
de las familias. Ha ido en aumento el número de adolescentes que ni estudian ni
trabajan (NINIS). De acuerdo al Censo del 2011 hay cerca de 201,879 jóvenes
entre 12 y 24 años que no estudian ni trabajan[7]. El XIX Informe del Estado de la Nación
destacó que en el país existen cuatro grupos de “ninis”: los desempleados, los
jóvenes que asisten a la educación no regular, las mujeres con
responsabilidades y el núcleo “nini” (quienes no trabajan, no estudian, ni se
preocupan por hacerlo). Sin embargo, el país no cuenta con suficiente
información para profundizar sobre esta problemática[8].
Con base a estudios de la
CEPAL, para evitar caer en el círculo de la pobreza se requiere por lo menos 12
años de educación de calidad. Costa Rica
tiene serios problemas en este campo y en que los y las personas menores de
edad , en particular en zonas rurales y urbanas marginales , cuenten con
educación de calidad y con un horario escolar que supere las tres horas
diarias.
De acuerdo al trabajo
directo que realiza DNI Costa Rica en diferentes comunidades en Centroamérica y
con múltiples poblaciones menores de edad, y sus familias, existe evidencia que
hoy en día los y las adolescentes tienen además serios problemas en el manejo
de sus emociones, enfrentan dificultades en resolver su presente y, más aún, en ver un futuro claro con
oportunidades para su desarrollo personal y laboral.
Como podemos ver, los
derechos humanos si bien están insertos en el discurso y en algunas acciones
principalmente relacionadas con el marco jurídico, tiene enormes retos que
deben ser superados y para ellos los Estados Centroamericanos deben reconocerlo
y actuar ya con la participación de todos y todas. Los derechos económicos,
sociales y culturales y los civiles y políticos deben de garantizando pasando
de las buenas intenciones a la concreción y la posibilidad real de ser gozado y
ejercidos por todos y todas sin discriminación alguna y en igualdad de
condiciones.
[1]
http://www.un.org/es/events/humanrightsday/
[2]DNI organizó un taller regional sobre la
puesta en marcha de los ODS el 23, 24, y 25 de noviembre y contó con la
presentación de los resultados del V Informe del Estado de la Región bajo la
coordinación del Dr. Alberto Mora.
[3]Informe de UNODC. 2011
[4] el artículo utiliza deserción pero DNI
Costa Rica insiste que es el sistema educativo que los excluye a temprana edad.
[6] La educación
universal obligatoria llega hasta el 3er año de colegio y coincide con la edad
de 15 años, edad permitida para trabajar.
[8]http://www.crhoy.com/costa-rica-tiene-cuatro-grupos-diferentes-de-ninis-faltante-de-datos-impide-conocer-mas-de-la-problematica/
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