Los grandes retos para los niños, niñas y
adolescentes trabajadores, Virginia
Murillo, Presidenta Ejecutiva DNI Costa Rica
Hoy
día se celebra un año más, el llamado Día Internacional contra el Trabajo
Infantil promovido por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y muy acertadamente se apunta a la educación de
calidad y a la no explotación. El
bombardeo de acciones que se desprenden en este día, nos hacen reflexionar y no
es para menos, ya que nos movemos entre visiones, enfoques y abordajes que aún
no hemos sabido conciliar.
Hoy
nos convocan a reflexionar sobre la educación de calidad, el trabajo explotador y los retos que tienen los niños, niñas y
adolescentes trabajadores a gozar y a ejercer este derecho.
El
enviado especial de Naciones Unidas Gordon Brown en su Informe Trabajo
Infantil y desventaja educacional del 2013[1],
nos recuerda que hay 218
millones de niños de edades 5-17 años de edad
involucrados en el trabajo infantil.
Más de la mitad de éstos, están por debajo de la edad de 15 años de
edad.
91 millones son menores
de 12 años. También menciona que estos niños, niñas y adolescentes trabajadores
han sido privados de una crianza y entorno de protección, que están
arriesgando su salud, ha perdido su única oportunidad para una educación, y
sufren estrés emocional y trauma, a fin de generar pequeñas cantidades de
ingresos o para proporcionar mano de obra para sus hogares
El
señor Brown indica que la educación podría
ser una fuerza mucho más poderosa en la lucha contra la explotación
laboral. Para que lo sea se requiere que
los compromisos trazados en la hoja de ruta y en las acciones encaminadas hacia
el 2020 se asuman. Menciona enfáticamente que el mundo no necesita otra cumbre
para adoptar aun más compromisos y discursos, sin embargo señala que una acción
global debe traer cambios sustantivos en los contextos adversos. Insiste en que los ingredientes esenciales
necesarios para el éxito son el liderazgo político, la financiación
multilateral y un fuerte vínculo con las estrategias nacionales y la creación
de capacidad.
De
Acuerdo al informe Global OIT: Combatir el trabajo infantil mediante la
educación [2]
hay 72 millones de
niños en edad de educación primaria, y un número mucho mayor en edad de
educación secundaria, están fuera de las aulas. Muchos de ellos se encuentran
entre los 218 millones de niños que trabajan, cifra estimada para todo el mundo.
De acuerdo con el Informe
de seguimiento de la Educación para Todos en el mundo de 2007,
si bien se han logrado avances, de manera lenta pero constante, en
el ámbito de la enseñanza primaria universal, todavía existen 72
millones de niños en edad de educación primaria no escolarizados, entre
ellos 44 millones son niñas. Dicho informe indica: “La educación
para todos… requiere de un enfoque inclusivo que ponga énfasis en la
necesidad de llegar a grupos que de lo contrario no tendrían acceso a la
educación y al aprendizaje”. El informe hace un llamamiento a la
adopción de políticas dirigidas a “alcanzar a los excluidos”, incluyendo
políticas que permitan acabar con la necesidad de recurrir a la mano de obra
infantil.
De igual manera se señala en dicho informe que una parte
importante de la población no escolarizada está conformada por niños
trabajadores. Los niños de este grupo – los últimos 10-20% – constituyen el
verdadero problema para la realización de los objetivos de la educación para
todos. Podrá lograrse un aumento significativo de la participación en la
educación de este grupo únicamente si se analizan, y luego se superan, los
obstáculos a los cuales se encuentran enfrentados.
La representante de Internacional de la Educación en la
IIIera Conferencia Mundial sobre Trabajo Infantil señaló las acciones que
buscan la educación de calidad deben pasar primero por formar a maestros y
maestras, por darles mejores condiciones y enseñarles a ellos para que
comprendan que significa ser niño, niña y adolescente trabajador y los
diferentes sectores en que ellos y ellas trabajan.
En
Costa Rica el Estado de la Nación: IV
informe estado de la educación[3] nos presenta un panorama delicado que requiere de nuestra
atención:
·
Ausencia de cambios significativos en los
resultados de rendimiento y exclusión,
malos tratos entre compañeros o del personal docente, niños en hogares pobres y
vulnerables, aulas en mal estado y una educación costarricense que se debe de
ir armando son algunos de los resultados del cuarto informe Estado de la
Educación.
·
Con respecto a la educación preescolar el
informe indica que durante
el período 2010-2013, el desempeño de la educación preescolar no
mostró cambios,
la oferta se mantuvo rezagada, debido a la desactualización de los programas y
a los pocos esfuerzos que se realizaron en estos años para fortalecer áreas
clave como la lectoescritura emergente, un asunto destacado en el Tercer Informe.
·
Unos 60.000 niños en todo el país, entre los 4 y
5 años de edad, no reciben educación preescolar.
·
En el ámbito de secundaria el informe señala que
solo 4 de cada 10 jóvenes entre los 17 y 21 años de edad completa la secundaria
1. Solo un 46 % de los
jóvenes entre 17 y 21 años completó la educación secundaria en el 2011. La reprobación y la expulsión del sistema
educativo siguen siendo problemática en secundaria, luego de un período de
descenso, creció en el 2011.
·
El cuarto informe revela que la falta de
atención en temas como, las repercusiones de una avanzada transición
demográfica que vive el país, la falta de fortalecimiento de esfuerzos para
simplificar procesos y trabajar por resultados para fortalecer la autonomía de
los centros educativos y las tensiones constantes para la contratación de
docentes son temas estratégicos que impiden que el país avance hacia objetivos
claves.
·
En
cuanto a la educación preescolar señala que Costa Rica debe avanzar en las
evaluaciones regulares y sistemáticas de los ambientes de aprendizaje en las
aulas de preescolar con métodos validados que permitan la comparación
internacional, como lo están haciendo otras naciones de América Latina para
hacer de la evaluación permanente una herramienta que contribuya al mejoramiento
continuo de los ambientes en que aprenden los niños y las niñas.
·
Por
último, el Estado de la Nación indica entre los retos importantes la pobreza y la falta de escolaridad, son la
principal amenaza de los niños de 0 a 6 años.
A través del trabajo directo que realiza Defensa de Niñas
y Niños – Internacional, DNI Costa Rica a lo largo de sus 21 años de presencia
en Costa Rica y en Centroamérica, hemos visto como los temas relacionados con
los niños, niñas y adolescentes trabajadores han estado sujetos a las
voluntades políticas, a la definición de la cooperación internacional y cobran
fuerza en algunas administraciones o bien se quedan en espera en otras.
El Gobierno actual ha lanzado
en días pasados una Ruta para hacer Costa Rica un país libre de trabajo infantil y sus
peores formas. Dicha ruta cuenta de varias dimensiones que contempla
actuar ante una serie de causas estructurales que hacen el trabajo infantil más
complejo. Estas dimensiones son:
- Dimensión Lucha contra la pobreza
- Dimensión Política de salud y el trabajo infantil
- Dimensión Política educativa y el trabajo
infantil
- Dimensión Marco normativo e institucional protección
integral de derechos
- Dimensión sensibilización y movilización social
- Dimensión
generación de conocimientos y mecanismos de seguimiento
Costa
Rica encamina su tarea pendiente para garantizar que los niños, niñas y
adolescentes trabajadores cuenten con mejores oportunidades de desarrollo en el presente. La meta a alcanzar no es
sencilla ya que implica de transformaciones importantes en las instituciones, de
inversión social, de cambiar las percepciones y visiones que se tiene ante el
trabajo infantil; pero sobre todo, Costa Rica tiene una gran deuda con la
población adolescente en general y en particular con la población adolescente
trabajadora.
Hemos
caído en una regularización del trabajo adolescente a partir de un enfoque de
control social, sin poder darles mas oportunidades ni empleos dignos porque no
cuentan con la preparación ni la formación necesaria. Los trabajos que acceden
en su gran mayoría son del sector informal, o de muy corta duración en el
sector formal por las implicaciones y el costo que tiene de contratar a una
persona adolescente trabajadora.
Hemos
caído en mezclar emprededurismo como empleo juvenil sin fortalecer su auto
identidad, su autonomía, sus habilidades, su proceso formativo para que cuando
puedan, se inserten en un mercado laboral que les respete y que les ofrezca
condiciones dignas y mas duraderas.
Si
Costa Rica no invierte en las personas adolescentes reconociendo su valor y su
condición de persona con derechos, de agente social y de ciudadano, el mañana
estará lleno de adultos poco preparados, frustrados, sin proyectos de vida y
sin aportar al desarrollo del país en los diferentes campos y el presente
llenos de personas adolescentes frustradas, desmotivadas y sin visión de futuro
porque el presente no les da oportunidades.
La
educación obligatoria debe extenderse obligatoriamente para que los y las
adolescentes terminen el último curso de secundaria, que puedan graduarse y por
consiguiente puedan visualizar un presente y un futuro más prometedor. El
estado debe garantizar ofertas educativas, culturales, técnico . vocacionales, deportivas,
sociales, económicas sin discriminación alguna y sin tantas trabas que quienes
acceder finalmente son pocos y la mayoría queda por fuera.
El
modelo educativo debe repensarse y debe modernizarse, refrescarse y debe pensar
de nuevo quienes son sus principales “clientes” y como son hoy en día, que
necesidades tienen, que dificultades tienen y que fortalezas y potencialidades
tiene.
El
modelo educativo debe ser inclusivo y ofrecer las mismas oportunidades y la
misma calidad de la oferta para todos y todas por igual sin discriminación
alguna.
Los
niños, niñas y adolescentes trabajadores llevan el peso de una sociedad que no
les ve como iguales, de una oferta que les considera inferiores dentro de un
mismo sistema, y de falta de oportunidades de desarrollo.
Los
Estados tienen una gran responsabilidad, deben apoyar a las familias para que
estas puedan apoyar a sus hijos/as y crear condiciones de vida digna donde
todos se puede ejercer los derechos humanos plenamente.
La
transformación de los contextos adversos , del combate de las causas
estructurales es un asunto de decisión política y de agenda nacional, el Estado
debe ser el primero en dar el paso firme para cambiar la situación, sin olvidar
que trabajar desde un enfoque de derechos humanos, significa atender
necesidades inmediatas y garantizar derechos humanos para todos y todas sin
discriminación.
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